lunes, 29 de septiembre de 2008

APUNTES CRUCES LATINOAMERICANOS EN DANZA CONTEMPORÁNEA:
PROGRAMA “CARTA BLANCA A …” DEL BANCH
[1]


SOBRE EL BALLET NACIONAL CHILENO


Para profundizar en la labor de integración que ha realizado el Ballet Nacional Chileno a través del programa “Carta Blanca a…”, es necesario revisar el contexto en que emergió y el curso que más tarde siguiera hasta constituirse en una de las experiencias más importantes en la historia de la danza local.
Hacia el año 1940, el Ballet de Kurt Jooss (exponente de la danza expresiva o expresionista alemana) realiza una gira internacional con la obra “La Mesa Verde” (1932).


A partir de una petición del Instituto de Extensión Musical de la Universidad de Chile, algunos integrantes de la compañía -Ernst Uthoff, Lola Botka, Rudolph Pescht- deciden residir en Chile con el propósito de conformar un cuerpo de ballet que acompañara a la ópera de esa entidad.

De ese modo se funda el Ballet Nacional Chileno en 1945.

Destacados coreógrafos han asumido su dirección. Entre ellos, el propio Uthoff y Patricio Bunster.

El listado de quienes han creado piezas junto a la compañía incluye a Hans Zulling, Hernán Baldrich, Germán Silva, Hilda Riveros, Michael Uthoff, Karen Connolly, Luis Eduardo Araneda, Isabel Croxatto y Elizabeth Rodríguez, entre otros.

Hasta ahora, el repertorio de la compañía contabiliza más de 150 títulos estrenados. Sus integrantes han realizado giras por los principales escenarios mundiales y acaparan una variedad de reconocimientos.
Desde 2001, el director del BANCH es el coreógrafo Gigi Caciuleanu.

SOBRE EL PROGRAMA “CARTA BLANCA A…”

Desde el año 2001 en adelante, el proyecto “Carta Blanca a…” se establece como una posibilidad para que coreógrafos contemporáneos e independientes trabajen nuevas piezas con el elenco del Ballet Nacional Chileno.

El programa ha extendido la invitación a coreógrafos latinoamericanos a trabajar en sus propuestas.

La fusión de lenguajes contemporáneos y técnicas ha facilitado la apertura hacia diversas propuestas y visiones de la danza.

La experiencia reedita iniciativas similares que se llevan a cabo en distintos países. Uno de los casos más emblemáticos es el de la Opera de París que ha abierto sus puertas a coreógrafos como Angelin Preljocaj y Jerome Bel, entre otros.

En general, la operación consiste en trabajar obras de carácter contemporáneo con bailarines que han recibido una formación rigurosa en técnicas académicas.
A nivel local, el Ballet Nacional Chileno es una de las pocas compañías estables que ofrece condiciones óptimas de trabajo e incentiva la profesionalización de quienes se dedican a la interpretación en danza.


Sus actuales integrantes muestran una versatilidad que les permite transitar por diversos lenguajes.

En el programa Carta Blanca a… han tomado parte coreógrafos chilenos como Luis Eduardo Araneda (“20 Poemas y una Canción” en 2001 y “Cortometraje” en 2003), Mauro Barhona (“Promiscuos” en 2003), Valentina Pavez (“Raíces del Cuerpo” en 2004), Italo Tai (“Huacho” en 2004), Isabel Croxatto (“Más allá de tu piel” en 2005) y Elizabeth Rodriguez (“Emergencias” en 2005).

La instancia se ha abierto también a creadores del continente. Este año se ha invitado a tres coreógrafos latinoamericanos: Danny Bittencourt, de Brasil, y Ana María Stekelman y Oscar Araiz de Argentina.


SOBRE DANNY BITTENCOURT

Coreógrafa y directora brasileña. Se formó como bailarina en la Real Academia de Danza de Londres.

Es hija de la fundadora y directora artística de la compañía “Cisne Negro”, Hulda Bittencourt, de la que también ha formado parte. En más de tres décadas, el grupo se ha presentado en escenarios de Sudamérica, Europa y África y Danny ha oficiado de intérprete y coreógrafa.

Con el BANCH lleva a escena la pieza “Forrolins” que se inspira en la pieza musical del mismo título del compositor brasileño Cacá Malaquias, con arreglos de André Mehmari y Nailor Azevedo. También incorpora arias de Las Bachianas Brasileiras Nº 4 de Heitor Villa-Lobos, en un arreglo de Nelson Ayres.
Según ha adelantado, la coreografía se inspira en un tipo de danza surgida en noreste de Brasil y que servía de expresión a quienes querían olvidar sus conflictos cotidianos. Concebida como una celebración, en ella tomaban parte todos los habitantes, sin distinciones de razas ni edad.


“Muchos extranjeros quisieron participar y al hacerlo incorporaron un cartel con la frase: For All, Para Todos, lo que motiva el título de la obra”, ha comentado Bittencourt.

“Con el alma repleta de ‘brasilidad’ y sonoridad encontré una danza que juega y traspasa fronteras”, afirma.

En la pieza, los bailarines se encuentran con armonías diversas a las que sus movimientos deben ajustarse con precisión. “Los brasileños tenemos mucho ritmo, muchas sonoridades distintas y yo pienso que debemos bailar con estos”, enfatiza la coreógrafa.

SOBRE OSCAR ARAIZ

Realizó estudios de danza moderna y composición con la coreógrafa y bailarina Dore Hoyer, de quien fue bailarín mientras la creadora alemana residía en Argentina.

Hoyer ha sido una de las principales exponentes del estilo expresionista alemán (Mary Wigman es su exponente más importante).
Araiz realizó además estudios de danza clásica en la Escuela de Teatro Argentino de la Plata.


Ha sido director del Ballet Estable del Teatro Colón entre 2005 y 2006; del Danse del Grand Théâtre de Genève, Suiza; y del Teatro Argentino de La Plata.
Como coreógrafo ha trabajado para el Royal Winnipeg Ballet, Ballet Thétre Contemporain (Angers, Francia), Ballet del Teatro Municipal (Río de Janeiro, Brasil), Stockholm Opera Ballet, Finnish Ballet, Paris Opera Ballet, Joffrey Ballet (New York, EE.UU.), entre otros.


En la actual versión de “Carta Blanca a…”, remontará la obra “Los Cuatro Temperamentos”.

La pieza trabaja con música de Paul Hindemith y propone un retrato de los temperamentos básicos del ser humano (melancólico, sanguíneo, flemático y colérico).

El coreógrafo ha calificado la creación de minimalista, dado que en ella hay poca información trabajada en profundidad.

SOBRE ANA MARÍA STEKELMAN

Formada como bailarina en Buenos Aires con Renate Schottelius y Paulina Ossona, emigró a Estados Unidos donde estudió con Martha Graham, una de las coreógrafas claves del movimiento modernista.

En 1968 formó parte de la compañía de danza de Oscar Araiz y fue una de las fundadoras del Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín del que fue su directora hasta 1990.

Como coreógrafa formó además la compañía Tangokinesis, que le permitió investigar en torno a la fusión de la danza contemporánea con el tango.
En solitario ha creado títulos como “Cotillón”, “Cruz y Ficción” y “Tango Brujo” (este último junto a Julio Bocca).


Su colaboración en el programa “Carta blanca a…” se titula “Triple Tiempo”, pieza creada en año 1987 e interpretada antes por el BANCH.

La coreografía se inspira en música de Johann Sebastián Bach y trabaja en torno al número tres concebido como una cifra cabalística.

Además de la trinidad, el número corresponde al movimiento y a la fluidez de lo femenino, lo masculino y lo neutro. En su ejecución toman parte tres intérpretes.

[1] Contenidos desarrollados por Centro de Investigación y Memoria Artes Escénicas (CIM. Ae), que integran María José Cifuentes, Constanza Cordovez y Simón Pérez. Edición: Javier Ibacache.

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